por Samuel, de Aburrido Cósmico

viernes, 9 de abril de 2010

alas




Cada vez que me pongo alas no puedo evitar tratar de volar. Sea a donde sea. 

Cada vez que me pongo alas me siento maldito. Ser distinto a -todos- los demás no es necesariamente malo. Lo peor viene cuando la palabra "distinto" coge su significado más absoluto.

Cada vez que me pongo alas pienso en espiarte desde el aire. En darle sentido a mis desastrosos destinos. Poniéndole brújula a tus andares no se llega más lejos. Como correr en círculo.

Cada vez que me pongo alas trato de no pensar demasiado en los motivos que me llevaron a tenerlas. Jamás lo he contado, nadie me creería. Como los que dicen haber visto un extraterrestre, seguido de una luz blanca cegadora que luego se convertía en roja... para que finalmente en un microsegundo desapareciera por arte de magia. Por arte espacial. ¿como explicar que tengo alas?

Cada vez que me pongo alas miro mis fotos con detenimiento. No dejo de pensar en lo feliz que sería sin estas alas dichosas. Por otro lado, no sabría que decirte sobre lo de dejar de volar a mi antojo. Estoy hecho un lío.

Cada vez que me pongo alas pienso en si debería explotar mi poder en beneficio del prójimo. Eso lo ví en alguna película de superhéroes. No pude evitar sentirme culpable unos minutos. Más tarde cambie de canal.

La última que me puse alas fue hace siete minutos. Hoy no sé que va a pasar.

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