por Samuel, de Aburrido Cósmico

viernes, 19 de junio de 2009

anónimo



Deambulaba con cara de anónimo. Siempre, cuando era algo extraoficial, firmaba como tal. Se escondía detrás de una enorme máscara que utilizaba cuando le venía en gana.

- Así puedo ser quien quiero, opinar sobre lo que me dé la gana y hablar con total libertad...
- Me parece estupendo pe...
- Es que es cojonudo! ¿quien va a saber que soy yo el que está detrás de aquellas palabras?
- ya... pe..
- no no, esta vez estoy seguro de lo que estoy hablando, es más si..
- vale, ya está bien, déjame hablar!
- (silencio)
- yo te quería decir que ¿en realidad que clase de libertad es esa, si ni siquiera te permite decir tu nombre? te estás escondiendo detrás de una supuesta persona que puedes ser tú.. o no...
- (...)
- es decir, es una libertad un tanto efímera, ¿no crees que la verdadera libertad debe tener nombres y apellidos?
- hombre, visto así...
- pues eso.
- ¿y por qué estamos hablando de esto?
- ... por lo del concurso de máscaras...
- ah..! cierto....


jueves, 11 de junio de 2009

confianza



Tardó menos de cinco minutos en sucumbir a sus encantos. Tardó menos de un cuarto de hora en darse cuenta que no podía apartar la mirada de una manera racional, era más, cada vez que apartaba la mirada era por no quedar mal, no porque quisiera hacerlo. Tardó casi unos treinta y siete minutos en acercarse. Tan solo acercarse. Unos le decían que iba demasiado deprisa, otros en cambio, que había sido el más lento de la historia... En fin, se acercó, se dio media vuelta y volvió. Tardó otros diez minutos en volver a acercarse, con ausencia total de confianza, y en esos casos todos sabemos que la confianza lo es casi todo. Habló, nadie le escuchó, se dio la vuelta y esta vez se fue del lugar, para no regresar. Metió su cabeza en el congelador tratando de poner un pause a la situación. Comió y vomitó.

Sin confianza estás perdido, amigo.