- Quiero ir contigo, de verdad.
- Pero si aún no sabes donde voy a ir.
- Da igual, ¿que importancia tiene el destino?
- (se queda pensando, con la mirada perdida, pero con cara de concentración)...
- ¿Acaso importa?
- ¿No te das cuenta que esto parece una conversación de culebrón venezolano? (Y sinceramente siento estupor... -esto en silencio-)
- Ya... yo tan solo estoy teniendo la gallardía que no había tenido en mucho tiempo, y te estoy diciendo a las claras mi amor incondicional.
- ¿Amor?